Este acontecimiento fue impulsado principalmente por el gobierno del presidente José Napoleón Duarte, quien asumió el cargo en 1984 y gobernó hasta 1989. Durante su administración, se implementaron una serie de medidas destinadas a abordar las causas subyacentes del conflicto armado en el país, incluida la reforma agraria.
Por eso la reforma Agraria en El Salvador tuvo como objetivo principal la redistribución de tierras. Más de 100,000 familias campesinas se beneficiaron al adquirir parcelas que antes les estaban vedadas. Este cambio radical en la tenencia de la tierra no solo buscaba corregir las desigualdades históricas, sino también sentar las bases para un desarrollo económico más inclusivo.
Este suceso trajo tanto consecuencias positivas como negativas, ya que, por un lado, se logró mejorar las condiciones de vida de una gran cantidad de comunidades rurales, otorgándoles acceso a recursos productivos y generando un sentido de empoderamiento.
Sin embargo, también surgieron tensiones y resistencias por parte de aquellos sectores tanto nacionales como extranjeros, se opusieron a la pérdida de propiedades, generando tensiones y, en algunos casos, conflictos legales. Este aspecto destacado de la reforma puso de manifiesto los desafíos inherentes a la implementación de cambios estructurales en la tenencia de la tierra.
Simultáneamente, durante la misma época, el país experimentó un auge en la economía agroexportadora. Este auge estuvo impulsado en gran medida por el crecimiento en la producción y exportación de productos agrícolas, especialmente el café. Este período coincidió con el crecimiento del cultivo y la exportación de café en América Latina en general.
En El Salvador, el café se convirtió en el principal producto de exportación y motor de la economía. Los terratenientes y las élites económicas invirtieron en la expansión de las plantaciones de café, aprovechando las condiciones climáticas favorables y las tierras fértiles del país. Esta cima de la economía agroexportadora, centrada en el café, llevó a un rápido crecimiento económico y atrajo inversión extranjera.
Sin embargo, a pesar del auge en la economía agroexportadora, persistieron desafíos económicos y sociales, incluida la desigualdad y la pobreza. La combinación de factores, incluida la guerra civil, la reforma agraria y el apogeo de la economía agroexportadora, influyó en la evolución económica y social de El Salvador en las últimas décadas del siglo XX.
0 comentarios: